NEIL DeGRASSE TYSON, PASIÓN POR LA CIENCIA
Escuchando hablar a este prestigioso divulgador me maravilla su sentido común. Es cierto que nuestras criaturas son
curiosas e imitadoras natas, hacen lo que ven y si se les deja, avanzan en
múltiples terrenos. Él incide en la necesidad de inculcar pasión por la ciencia
y de ilusionarse por preguntas que aún no tienen respuesta. Lanza un reproche a
los mandatarios diciendo que no saben nada de ciencia, y si es así, yo me
pregunto : ¿cómo podrían éstos apoyarla?
También estoy de acuerdo con
Jimmy Wales en que la educación formal sienta las bases para poder comprender
mejor las ideas, nos dota de vocabulario y nos ayuda a razonar, pero mata, de
algún modo, las ganas de seguir indagando cada cual por su cuenta, contrastando
datos y haciéndose nuevas preguntas. En contraposición con ella, la educación
informal no es tan rígida sino mucho más variada y permite aprender a
aprender.
Ambos autores inciden en la
gran oportunidad que ofrece la red para acceder a la información y a la
formación en aspectos que nos interesan, aunque no se tengan objetivos
definidos, simplemente por gusto o para ser personas más responsables y mejores
ciudadanos, mejor formados. Otro aspecto que destacan es la necesidad de
filtrar y procesar toda esa información desorganizada y posiblemente manipulada
y aprender a indagar y contrastar datos para poder tomar decisiones y convertir
dicha información en conocimiento, y dar un paso más allá hasta convertirlo
en sabiduría.
Parece que las actividades de
divulgación de la ciencia suscitan el interés entre la población infantil y que
dicho interés persiste a lo largo del tiempo. Basándonos en ello, parece obvio
que ése podría ser el germen de nuevas aficiones y vocaciones científicas. Por
lo tanto, parece que ambos tipos de educación, formal e informal, debieran
converger y trabajar al unísono, en un entorno colaborativo. Sólo habría que
estimular esa curiosidad innata, entrenarla en procesar la información
adecuadamente y educarla en la toma de decisiones. Dicho así, parece fácil…
Me parece muy acertada tu valoración, Ane Miren. La educación formal y no formal deberían converger y ser complementarias, de manera que contribuyan a alimentar la curiosidad y el espíritu crítico. Distinguir qué es relevante, fiable , y cuál es la buena divulgación científica, ¡todo un desafío ante nosotros!
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