Internet: Una verdadera revolución en la ciencia
La tecnologías de la Información y el Conocimiento han propiciado un vuelco en la comunicación de la ciencia. Por un lado, porque las personas investigadoras no necesitan de mediadores para exponer sus descubrimientos y pueden hacerlo directamente a través de las redes y por otro, porque se ha extendido la forma de acceder a la Información: todo se encuentra en la red, sólo hay que saber buscarlo.
El modo de presentar la información también ha evolucionado. Se dirige a gente interesada pero no necesariamente experta, y para ello, se opta por mensajes más cortos, más llamativos, con soporte audiovisual, que capten la atención y puedan llevar al lector hacia otros contenidos mediante enlaces de hipertexto. Un texto corto puede ser completado por otros a los que da acceso.
También han cambiado los tiempos y la direccionalidad de las informaciones. Ahora se puede acceder a la difusión de una información en directo, de forma inmediata; y del mismo modo, se pueden obtener respuestas, comentarios o protestas, que a su vez pueden generar modificaciones en el texto inicial.
En el terreno educativo, la divulgación formal cuenta hoy en día con muchos recursos en red, y la posibilidad de presentar la ciencia de forma más lúdica, interesante y fácil.
En lo que respecta a la difusión, la actual es mucho más amplia que la de antes, ya que consigue acceder al público sin que éste vaya activamente a por él. Internet es, además, un medio bastante accesible y barato, tanto para la clase divulgadora como para los potenciales consumidores de contenidos científicos, ya sean blogs, facebook, twitter u otras plataformas.
Todo el mundo puede acceder a expandir y a recibir información de manera colaborativa, al igual que la clase científica, pero sabiendo cómo hacerlo de forma eficaz en cada sitio. Hay que aprender a posicionar un mensaje en ese mar de información y saber que lo que nos llega puede ser fruto de esa “ingeniería” mediática.
En el mundo periodístico, el panorama se ha dificultado. Llega mucha información y satura al profesional que no alcanza a ser especialista en todos los temas, y contrastar la información con sus propias fuentes. Hace falta cierto criterio para saber escoger lo válido y dejar de lado lo falseado o lo magnificado intencionadamente. El impacto puede ser ficticio: Es importante no dejarse llevar por la velocidad y la cantidad de veces que nos llega una información. Hacerse eco de ella y propagarlo sin más, sería signo de dejadez y de aceptación de algo, sin haberlo contrastado.
Con todo, ya no podríamos imaginar un mundo sin conexión ni redes sociales. La difusión altruista y de calidad hace que la sociedad posea conocimiento y pueda opinar con criterio. Parece el sino de una sociedad desarrollada y democrática y yo, estoy de acuerdo en que una sociedad bien informada es una sociedad más libre. La prefiero así, con todas las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
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